jueves, 14 de octubre de 2010

Mis muertos vivos

Por alguna razón, que obviamente todavía no ha sido descubierta, cuando las cosas empiezan a fluir, todo aquello que solía trastornarnos o angustiarnos, reaparece. Hablo por mi, mejor. Será la ley de Murphy, "el secreto", la metafísica, o no sé qué, pero me llama poderosamente la atención. Al contarlo recibo, casi de manera unánime "es típico". A mí no me parece ni típico, ni normal, mucho menos lógico.
La cuestión es que finalmente, cuando empiezo a sentirme menos inestable, menos angustiada, feliz. Cuando empiezo a entender que efectivamente hay "un roto para un descosido", que puede que haya encontrado a mi descosido... ahí aparecen ellos: los muertos vivos. Con un "timing" perfecto. Casi como si tuvieran un sensor y detectaran que para mí ya son parte de mi pasado. Cerrado, y enterrado. Y aparentemente, a nadie le gusta ser olvidado. (siempre creí que esto era propio del ego del artista, pero no, es propio del ser humano y punto.)
En este caso, el gran disparador fue la aparición, de aquel que me inspiró al momento de elegir el nombre de este espacio. Espero no ofenderlo con el rótulo de "muerto vivo", pero no encuentro nada más gráfico. Aquel que hace varios años, ante una invitación a cenar me respondió que "era una salida muy seria", reapareció. Habiendo cumplido su deseo de viajar por dos meses, por no sé donde, según dice "me acorde de vos"... Ahora, teniendo en cuenta que en el último mes, 3 de las 4 personas con las que salí, últimamente, reaparecieron puedo sacar conclusiones muy oscuras. Primero y principal no es que tengo un cementerio del tamaño de capital federal, por lo cual es lógico que, de vez en cuando, alguien resucite, no para nada. Por otro lado, si tuvieran un centímetro de idea de lo loca que me volví por cada uno de estos resucitados. Cada teoría especulativa que inventé para entender su falta de atención, sus comportamientos egoístas, incluso para entender como no pude ver lo que era evidente. El tiempo que invertí en oportunidades. Si tuvieran la mínima idea... creo que les daría vergüenza reaparecer.
Ojo, lejos de ofenderme, me parece asombrosa la situación. Lo sencillo que es el manual.
Solo puedo decir, con las pocas pulgas que me caracterizan: fuck you.
No hay amistad posible que me pueda interesar con estos individuos. No hay café, vino, ni licuado. Fui muy naive al creer que esto era posible. Pura ingenuidad, créanme.
A las piñas, con llanto, con angustia y decepción, aprendí a "dejar ir" y por más que se empeñen en volver, acá ya no hay lugar.
Esta vez soy yo la que les dice: Move on, darlings

4 comentarios:

Anónimo dijo...

El torugómetro marca "10" jajaa...
Me reí mucho! Muy bueno...

Lo que es adentro, es afuera. Lo que es arriba, es abajo...
Algo así explica alguna de las leyes herméticas, que no me acuerdo mucho que eran pero tienen cierta explicación científica moderna...

Por algo pasan las cosas, las conexiones, las reapariciones, las Casualidades (CAUSALIDADES), ...los has dejado realmente ir?

Lo que es adentro, es afuera!

Interesante!
Hace mucho que no pasaba por quí! jeje

Beso!
El tortugo
(ya quedó!, debo decir que un poco de calor me da, bastante huevón! jaja)

Anónimo dijo...

no sera que la que no se olvida sos vos, escribiendo de ellos una y otra vez?

Creciendo dijo...

Tortugo sos un genio! gracias por leerme!
y a vos, "anonimo", por supuesto que no los olvido. son parte de lo que hoy soy. son y serán parte de mis recuerdos always. Un cacho mete pua al pedo, no? kisses

Anónimo dijo...

siempre te digo que son de manual, lee el indice aunque sea porfiiii!!!!
buen presente el tuyo!!