viernes, 26 de noviembre de 2010

Con arena en mis bolsillos

Hace más de un mes que no me siento a escribir. Por supuesto que no fue falta de ganas, ni vagancia, nada por el estilo. Confieso que un poco me aterraba encarar esta "nueva etapa" de mi vida, de este espacio. Me preguntaba de qué carajo iba a escribir ahora... si es que con el cinismo que se fue, también se fueron mis ideas.
No way- La verdad es que este último tiempo me dediqué lisa y llanamente a disfrutar. Así de simple. ¿Simple?... Puede que simple, pero no usual en mí. Al menos no el último tiempo que estuve ahogada por mi cabeza que no paraba de maquinar a mil por hora. No es simple disfrutar, está claro, lo aprendí. Pero eran tantas las ganas que tenía de un poquito de aire fresco, que lo dejé entrar.
Estar en pareja, según lo experimentado, claramente, no es como andar en bicicleta. Dicen que uno nunca se olvida de como andar en bici, de mantener el equilibrio, de maniobrar correctamente... Creí que volver a estar en pareja iba a ser similar. De mis casi 25 años, pasé mis últimos 10 de novia. Con este último intervalo de 3 años y pico, creí haber aprendido todo, pero todo sobre las relaciones humanas. Big, big, mistake. Me creí canchera, y sabelotodo, y pensé que tenía el control de la situación, para varear. Big, big mistake. L., agobiado, en más de una ocasión me decía " yo no tengo un manual de cómo ser novio"... pasé de sentir ternura por lo que me decía, a entender que yo probablemente tenía un manual, pero el equivocado... Todo fue, y aún es, como aprender a andar en bici por primera vez. Y no hay nada que me seduzca más. Me resulta completamente impredecible, inquietante. Cuando pude finalmente alejarme de la barrera que L. derribó por completo, empecé a disfrutar.
Ahora, my friends, sabrán que nada es color de rosa. Y no es que yo sea la reina de las gatas floras, (o probablemente sí), pero en tanto aprendamos a aceptar al otro tal cual es, el vínculo se convierte en tanto más rico. Y eso que nos cansamos de escuchar en consejos, en la psicóloga, de leer en las revistas, en los libros de autoayuda - "aceptar al otro tal cual es" - deja de ser una frase hecha y se transforma en la clave de la fortuna. No es una sencillez, por supuesto. Porque en esa aceptación negociamos con nosotros mismos, y nos exponemos a nuestro limite más temido. Nos retamos a duelo para ver si somos capaces de bancarnos al otro "tal cual es". Y es bastante complicado. En particular, una vez más, me resultó revelador. Como es imposible escapar de las comparaciones (lo lamento tanto L. perdón) encontré el desenlace, del nudo que (por lo menos a lo que a mi parte respecta) hizo que no funcionaran otros vínculos del pasado...
Incluso, vínculos profundos como los que los hijos tenemos con nuestros padres. Me empeñé, siempre, en cambiar aquello del otro que me enloquecía. Que me angustiaba, que me irritaba. Intenté toda mi vida hacer que mi papá "enderezara" alguna de sus decisiones, intenté mil veces que mi mamá fuera ordenada (llegué a ordenarle mil veces su cuarto con tal de no ver semejante quilombo - perdón vieja pero ilustra perfecto el ejemplo), intenté también estar entre el top 10 de prioridades de alguna ex pareja, intenté tantas cosas, en vano. En realidad no del todo en vano. Aprendí, algo, creo. Estamos en esa etapa, en la que están todas las cartas sobre la mesa, pero esta vez no hay estrategias, ni maniobras, ni manipulaciones. Simplemente un plan para disfrutar mucho tiempo más juntos...

miércoles, 27 de octubre de 2010

Asumiendo a Susanita

Hace casi dos años, "Juguemos a ser novios" nació ante la necesidad de comunicar o compartir la ira, el desprecio, la angustia que me estaba generando el sexo opuesto. El hecho de no poder comprender esta fobia generalizada que generaba, que nadie se animara, ni siquiera, a "jugar a ser el/la novio/a" de alguien. Surgió como espacio de cuatro amigas con necesidad de entender. Quedé sola en el camino y terminé haciendo, de esta aventura, algo personal. Escribí con detalle cada sensación, situación, disyuntiva, todo lo que se me presentó y no podía resolver sola. Terminé creando una muestra concreta de mi inexplicable (¿o explicable?) dolor y resentimiento. Por épocas más frívola y feminista escribí testimonios crudos de las travesuras de una niña/adulta soltera, con mucho menos glamour que "Carrie Bradshaw", pero con profunda sinceridad.
Me expuse, tanto, al punto de ver tan explícita mi angustia que me asusté y dejé de escribir por varios meses... Tiempo después, con cautela, un poco liberada de prejuicios y dolores, volví a escribir. Tímidamente, y a cuenta gotas intenté relatar sin enojo ni espíritu justiciero... Me costó e incluso soy consciente que muchas veces pifié, I know.
Ante un bloqueo mental contundente recordé lo que una vez una gran maestro me dijo. Según su teoría lo mejor que creamos surge del dolor, del desamor, la angustia. Tenía sentido, si pensamos en las grandes canciones de amor, o novelas, o películas, muchas hablan de esto. Pero la idea de que para ser una buena artista, tenía que ser una infeliz eterna, me atormentaba un poco mucho.
Fiel a mi testarudez decidí comprobar lo contrario. Intenté escribir mil veces sobre lo lindo que es la primavera, los pajaritos, el amor de una madre, los días de calorcito que se vienen, incluso lo divertido que es bolichear en la adultez. Pero nada, no surgía nada interesante. Me dí cuenta que si quería escribir algo "lindo", tenía que ir a fondo. Tan a fondo como cuando me despacho con enojo ante algo/alguien.
Después de semanas sin resultado, casi al borde de darle la razón a este maestro, volví a la esencia de mis relatos. Tal cual sucedía al principio cuando empecé a escribir, agarré mi libretita viajera (si hablara, por dios), y entendí que estaba omitiendo escribir sobre lo más profundo que me pasó en mucho tiempo:
En estos dos años hice lo que quería hacer, me enfrenté a lo que no podía, ni quería, ver. Aprendí a conocerme, a ser paciente, respetuosa, a no hablar demás y a confiar. Después de varios tropezones, finalmente, hoy decido escribir sobre estar enamorada. Sin desconfianza, con reciprocidad, y con respeto. Aprendí que existe la posibilidad de estar perdidamente enamorada, sin perderse... Hoy, después de tanto, disfruto de caminar de la mano, de ser tu novia, de tener "nuestro" día, de las famosas mariposas en la panza que aparecen cada vez que te veo, de tus abrazos y tus palabras de aliento. Me siento una "teen", y ojalá supieras que no registro haberme sentido así en mucho tiempo. Sé que odias este espacio, pero tené en cuenta que está haciendo lo imposible para gustarte.
Esta neurótica, desquiciada, histérica, a veces resentida y lastimada, esta experimentando, después de muchas caídas, la vulnerabilidad en su sentido, más noble, dulce y sanador.
Y me encanta, gracias...

jueves, 14 de octubre de 2010

Mis muertos vivos

Por alguna razón, que obviamente todavía no ha sido descubierta, cuando las cosas empiezan a fluir, todo aquello que solía trastornarnos o angustiarnos, reaparece. Hablo por mi, mejor. Será la ley de Murphy, "el secreto", la metafísica, o no sé qué, pero me llama poderosamente la atención. Al contarlo recibo, casi de manera unánime "es típico". A mí no me parece ni típico, ni normal, mucho menos lógico.
La cuestión es que finalmente, cuando empiezo a sentirme menos inestable, menos angustiada, feliz. Cuando empiezo a entender que efectivamente hay "un roto para un descosido", que puede que haya encontrado a mi descosido... ahí aparecen ellos: los muertos vivos. Con un "timing" perfecto. Casi como si tuvieran un sensor y detectaran que para mí ya son parte de mi pasado. Cerrado, y enterrado. Y aparentemente, a nadie le gusta ser olvidado. (siempre creí que esto era propio del ego del artista, pero no, es propio del ser humano y punto.)
En este caso, el gran disparador fue la aparición, de aquel que me inspiró al momento de elegir el nombre de este espacio. Espero no ofenderlo con el rótulo de "muerto vivo", pero no encuentro nada más gráfico. Aquel que hace varios años, ante una invitación a cenar me respondió que "era una salida muy seria", reapareció. Habiendo cumplido su deseo de viajar por dos meses, por no sé donde, según dice "me acorde de vos"... Ahora, teniendo en cuenta que en el último mes, 3 de las 4 personas con las que salí, últimamente, reaparecieron puedo sacar conclusiones muy oscuras. Primero y principal no es que tengo un cementerio del tamaño de capital federal, por lo cual es lógico que, de vez en cuando, alguien resucite, no para nada. Por otro lado, si tuvieran un centímetro de idea de lo loca que me volví por cada uno de estos resucitados. Cada teoría especulativa que inventé para entender su falta de atención, sus comportamientos egoístas, incluso para entender como no pude ver lo que era evidente. El tiempo que invertí en oportunidades. Si tuvieran la mínima idea... creo que les daría vergüenza reaparecer.
Ojo, lejos de ofenderme, me parece asombrosa la situación. Lo sencillo que es el manual.
Solo puedo decir, con las pocas pulgas que me caracterizan: fuck you.
No hay amistad posible que me pueda interesar con estos individuos. No hay café, vino, ni licuado. Fui muy naive al creer que esto era posible. Pura ingenuidad, créanme.
A las piñas, con llanto, con angustia y decepción, aprendí a "dejar ir" y por más que se empeñen en volver, acá ya no hay lugar.
Esta vez soy yo la que les dice: Move on, darlings

martes, 5 de octubre de 2010

No me quiero olvidar

Cosas que no quiero olvidar:

  • A Malistru Bali. (mi amigo invisible, en mi infancia). La casa donde yo imaginaba que vivía, la ropa que usaba, incluso la voz que le había creado.
  • Haber jurado ser una "Puta- Fina" de profesión (a los 4 años)
  • mi primer sueño cumplido: tocar una orca. La textura de su piel, lo fría que estaba el agua en ese estanque, las lagrimas que no pude contener y mi corazón que latía a mil. -"Liberen a Willy" tuvo su efecto en mi, claramente.
  • "Si la vista no me engaña veo a Fausto en la montaña:
-¿Qué queréis?
-¡¡¡Qué las bolas me chup......!!!" (¡por respeto a los lectores queda mínimamente censurado!)
El ataque de risa que me provocó este verso en boca de la genia de mi abuela, en pleno camino de montaña sinuoso.
  • El cuento de "Budin y Pastel" que mi abuelo inventó para sus nietos. (Algún día lo contaré- no es apto para gente bien hablada)
  • La felicidad que sentí el día que descubrí mi vocación
  • "¡Celoso, baboso, no te banco más!..." a los gritos. Erámos unas borregas de 10 años y ya nos hacíamos las sexies.
  • La vocecita de mi hermana cuando empezó a hablar
  • El debut en las tablas de mi querida madre, ¡vestida de Pato Donald!
  • El último abrazo con mi papá... su voz, su estatura, su olor
  • X: "-Qué sueñes con angelitos lindos"
Y: "- Ya estoy durmiendo con uno..."
  • Last, but not least:
X: -"Me voy a echar un cloro, y vengo, ¿ok?"

Tengo pánico de que a todo esto le pase lo que ya le pasó a mucho: el olvido. Mi disco rígido esta completamente saturado. Pero, siguiendo el lexico, hoy me dispuse hacer un back up, no quiero olvidarme de nada mas...

martes, 28 de septiembre de 2010

Siéntate a la sombra...

"Todo vuelve", "what goes around comes around", "no escupir para arriba"... Dichos o frases que escuchamos como consejos casi constantemente. Pero que recién entendemos cuando somos participes de la situación. "Karma is a bitch", y si, es así. Las malas intenciones, los malos pensamientos, las acciones oscuras, vuelven. Y hay algo sabroso cuando tenemos la oportunidad de ver como le vuelven a quien nos tuvo como blanco. Me acuerdo una vez, cuando era muy chica, le desee la muerte a una persona, que había prácticamente destrozado lo que más quería. Y lo desee con tantas ganas, con tanta seguridad, que estaba convencida que iba a pasar. Mi abuela, con la sabiduría y claridad que la caracteriza, me enseñó que esos sentimientos me ponían en un lugar tan oscuro, a la par de a quien yo le deseaba lo peor. Con el tiempo aprendí que tenía razón, pero todavía no puedo controlar la ceja izquierda que se levanta, casi disfrutando lo admito, cuando veo como le vuelve el escupitajo a quien intentó escupirme.

El domingo el escupitajo fue potente. Y a pesar de haber perdido mis anteojos preferidos, disfrute el dulce sabor de la caída. Suena horrible, pero no me averguenzo. Todavía no soy tan elevada como para pensar solamente "oh si, la vida le dio su merecido", mi pensamiento va mas por "hijo de puta, pudrite con tu veneno". Y creo que en este caso en particular el dulce sabor de la caída, llegó cuando yo podía realmente disfrutarlo. Con tiempo, distancia y sin sentimientos en el medio, el escupitajo vuelve. Y siento al menos que las 100 entradas que escribí sobre el "susodicho" no fueron en vano. Si believe it or not, domingo soleado 15 pm, un mensaje de un número desconocido aparece en mi teléfono. "como andas belu tanto tiempo? quisiera verte, todavía tengo tu guante" (hace mas de un año, me olvide un guante en su auto, el domingo hacían 25 grados, ¿para qué carajo voy a querer mi guante? hello!, ya pasó todo el fuckin invierno)
respuesta: "gracias, tiralo, ya no me interesa"
5 mensajes después, entendí que hay personas que tienen un radar para joder a la gente feliz. Pero no lo logró. Mi vida es otra hoy, por suerte. Y lejos de sentirme tentada a enroscarme de nuevo con el, sentí pena, empatía.
Lejos de arrepentirme de haberme alejado de él, sentí la enorme satisfacción de estar compartiendo "mi hoy" con una persona que es su antítesis.
De repente, los miedos que tenía, las dudas, todo desapareció y vi las cosas con un poco mas de claridad...

martes, 14 de septiembre de 2010

Jorge Drexler en Buenafuente - La Trama Y El Desenlace

Mi trama

Siempre tuve y aún tengo, una absoluta facilidad para obsesionarme con cosas. Me obsesiono con una película, la adopto, la gasto y la olvido. Me obsesiono con una banda, busco toda su discografía, la gasto y la olvido. Me obsesiono con un libro y al leerlo me detengo en cada hoja y la releo una y mil veces. Me obsesiono con Lost y lloro porque termina. Repentinamente me obsesiono con el orden y tiro todo a la merd. Me obsesiono con un trago y paso meses tomando lo mismo cada fin de semana. Me obsesiono, si, suelo obsesionarme. En una dosis "normal", claro. No soy una psycho obsesiva, no, no ...
Gracias a un regalo de mi último cumpleaños me obsesioné, por supuesto, con Jorge Drexler. No ando acechándolo, ni tratando de cruzármelo de casualidad por las calles del mundo, pero no me canso de escucharlo. Y no es uno de mis cantantes preferidos, sin embargo hay algo en sus letras, una forma de trasmitir todo de manera tan sencilla y clara, que me resulta terriblemente atractivo. Por consejo de quien me regalo el primer disco, me bajé el último (si buen soy una más de la lista de los que consumimos material pirateado). Y me obsesioné nuevamente con él, pero particularmente con "La trama y el desenlace". No fue la primera canción que me llamó la atención, sin embargo hoy me resulta bastante familiar. Desde hace unos días que el estribillo "Amar la trama, mas que el desenlace", me queda dando vueltas en la cabeza. En la intimidad de mi habitación la canto a gritos como tratando de asimilar y hacer propia la frase.
Particularmente, yo, siempre amé el desenlace. Hasta ahora, de todo lo que encaré me obsesionaba el desenlace. La ansiedad me hacía imaginarme de novia, conociendo a la familia de cada "buen muchacho" con el que salí. Me hizo creer que a los 20 iba a estar gobernando Hollywood, en vez de concentrarme en el camino, nunca dejé de pensar en la meta. Ojo, realmente creo que tener metas es importante y prácticamente fundamental. Pero cuando las metas tienen más importancia que el camino mismo a ellas, entramos en terreno peligroso. No sé si pasa por la rapidez con la que nos obligan a vivir, o por el miedo a no concretar las metas, muchas veces en el camino nos perdemos y terminamos teniendo que hacer un recorrido mil veces mas largo. Hoy me doy cuenta que prácticamente los últimos 5 años, amé solo los desenlaces y ¿a dónde llegué? Nowhere. En realidad nowhere en relación a donde "quería" llegar, creo que si llegué a donde "debía" llegar. Y no me voy a poner mística con esto, ni hablar de la misión de cada uno, de las vidas pasada, del budismo, de la meditación, yoga, ni tantra. No. Es algo mas sencillo e incluso primitivo. Cada cachetazo que recibimos, duele y llega un momento que paramos y pensamos "buen loco para un toque, no estoy entendiendo" y es ahí mismo donde entendemos todo. Suena confuso, pero a quién le haya pasado me va a entender. Hace un mes, exactamente, puedo asegurar que tenía todo más que enquilombado, mi cabeza, mis sentimientos, mis "ideales", mi trama y mi desenlace. En medio de semejante cocktail de cosas recibí el cachetazo que mas me dolió en mucho tiempo y reaccioné. Me sentí tan perdida que justamente peor no podía estar. Desde ese día casi como si fueran fichas de ajedrez, todo ese cocktail se me empezó a ordenar. sin forzar, ni generar nada. Ese último cachetazo me ordeno.
Hoy, estoy segura, no puedo dejar de cantar "amar la trama mas que el desenlace", porque realmente estoy disfrutando el camino a mis meta, tanto que ya ni pienso en ellas.

Nota: especialmente dedicado a quien le pareció "sencilla" la entrada anterior. No hay nada peor para un artista que un público, en este caso un lector, insatisfecho. Espero haberte atraído mas esta vez. Si no voy a develarle al mundo tu segundo nombre...

miércoles, 8 de septiembre de 2010

"Es un águila, una rata, nooo es Super Yo!"

Subte colmado, por suerte voy sentada. Con mi blockcito intentó escribir algo digno de publicar. Mi inspiración se esta haciendo rogar, últimamente, por lo que respiro profundo, agarro mi birome y empiezo a garabatear. Tres hojas tachadas de por medio y ante la mirada de los dos pasajeros que me rodeaban que claramente me inhibieron, cierro todo, enojada. Enojada con mi blockcito y mi birome que me están jugando una mala pasada y no colaboran en nada. Enojada con estos dos individuos, descarados que osan chusmear lo que escribo. Ja, impertinentes, desubicados, tendría que haberme puesto a escribir algo porno a ver que pasaba.
Dos lineas de subte después, ya en el tramo final de mi vuelta, a bordo del 152. Musicalizada con el soundtrack de "500 days of summer" me viene una idea interesante. ¿si pudiera transformarme en super heroína, que poder elegiría?. Me di cuenta que es una idea que me obsesiona bastante porque suelo dedicarle largas horas de ocio a esa respuesta. Primero creía que volar, era sin dudar lo mejor. Me imaginaba transportándome en segundos a donde yo quisiera, evitando tráfico, paros de subte, trenes. Llegando literalmente "volando" a todos lados, Salvando a los mas necesitados, todo me parecía genial. Después durante una época algo "voyeurista", creía que ser invisible era una buena opción. Estar entre los muchachos cuando hablan de nosotras, presenciar los "chanchuyos" que arman los ricos y poderosos, Ser testigo de lo ajeno de su intimidad, su soledad... me intrigaba muchísimo, pero de poder de super heroína, claramente, no tenía nada.
Hoy finalmente llegué a la mejor opción de todas. Super "yo", porque así me llamaría, tendría un Kit de dardos de la verdad en la cartera que los injectaría sin mover un dedo, con telepatía y de una. No quiero volar, ni ver lo que no puedo ver, quiero solo 5 minutos de verdad. Solo 5 minutos, por lo que tendría que ser muy cuidadosa y precisa con lo que preguntaría. Estoy segura que los primeros 1000 kits los usaría para resolver incógnitas personales, lo cual me convertiría en la super heroína mas pedorra del Salón de la Justicia... pero bueno todo no se puede, a Batman también le costó bastante.
Tres situaciones en las que hubiera usado mis dardos, se me vinieron casi automáticamente a la cabeza:
Situación 1
mujer: estoy nerviosa, no se que hacer...
varón: Tranquila, también es mi primera vez, mi amor
DARDO
varón: sacáte la ropa ya, y dejáte de joder, nena
(cuántos dolores de cabeza me hubiera ahorrado si hubiera usado este dardo, ¡por dios!)

Situación 2
mujer: y chicas, ¿qué les pareció mi cuchu cuchu?
amiga 1: es reeee simpático
amiga 2: se nota que es de reeee buena familia
DARDO
amiga 1: no lo toco ni con un palo
amiga 2: quedate tranquila que esto no te mete los cuernos seguro
(Sinceramente, con este dardo hubiera esta al horno mas de una vez)

Situación 3:
mujer 1: gordi, ¿le estas mirando el culo a luciana salazar?
gordi: No amor, no ves que solo tengo ojitos pa' vo'
DARDO
gordi: No, si voy a dejar pasar semejante epetáculo

Malísima, malísima, malísima. Como super heroína sería malísima. Esa es la verdad, el Salón de la justicia me haría juicio político y me desterrarían de ciudad gótica por boluda. Y si, claramente, por algo no nací con super poderes, los desperdiciaría.
Dos lineas de subte y un bondi después, me doy cuenta que mi obsesión desmedida por saber siempre "la verdad" llegaba a su fin.
La verdad absoluta, no existe. Existen percepciones. Y como son justamente eso, instancias subjetivas, en algunos casos "la verdad" termina siendo un poder bastante pedorro...

domingo, 22 de agosto de 2010

Por 21.200.000 resultados

Si pones "felicidad" en google, aparecen 11.000.000 resultados, pero si pones "miedo" aparecen casi el doble de resultados (más precisamente 21.200.000). Interesante, ¿no?
Me resulta realmente intrigante el fenómeno del "miedo". Es un sentimiento que, si tuviera que encasillarlo, no sabría si ponerlo del lado de los buenos o los malos. Me refiero a que muchas veces el miedo, nos previene de cometer locuras, de lastimar, o de hacer cosas que podemos llegar a lamentar. Pero por otro lado, misteriosamente, nos cansamos de escuchar, e incluso vivenciar, que "el miedo te congela", en este sentido, el miedo también nos limita de descubrir situaciones, cosas, personas, que nos pueden cambiar la vida. El miedo nos persigue. No el mismo miedo a todos, ni en la misma proporción, pero está ahí. Está ahí cuando estas a puntos de hacer bungee jumping, cuando estas por subirte a un avión, imagino que cuando tenes un hijo, e incluso a veces cuando estas enamorándote.
Intenté hacer un análisis imaginario en mi cabeza, tratando de entender un poco más este fenómeno. Imaginé dos grupos. En el primero van el tipo de miedos que uno siente cuando cree que su integridad física corre algún riesgo. Por ejemplo el miedo que sentía a los 13 cuando tenía que tirarme del trampolín de 5 metros del club, en educación física. Todos mis compañeros subían se tiraban, se divertían. Yo me quedaba congelada imaginándome estrellada en el fondo de la pileta… Es el mismo tipo de miedo que sentimos cuando vamos al dentista, cuando dejamos de usar las rueditas en la bicicleta, cuando empezamos a manejar (al menos yo lo sentí!). Este miedo, si logramos sobreponernos se puede llegar a transformar en adrenalina y resultar bastante productivo.
Después están los otros, y estos si son complicados. Creo que este grupo responde a los miedos que tienen que ver con nuestra psiquis, nuestras historias familiares, personales, nuestros dolores más profundos… Acá entra, por ejemplo ese miedo extraño que nunca voy a entender, pero sé que existe, el “miedo al éxito” o a “que te vaya bien”, el miedo a enamorarse, el miedo a hablar con la verdad, el miedo “al qué dirán”, el miedo a vivir la sexualidad con libertad, el miedo , el miedo, el miedo. Este grupo, lamentablemente es infinito y si no logramos sobreponernos puede transformarse en una fobia… Por supuesto que es más fácil trabajar aquellos miedos que hacen que nos tomemos un valium para subirnos a un avión, o que faltemos a educación física- pero el tema es que son los otros miedos los que hacen que nuestra vida sea realmente más o menos interesante.
Yo particularmente no tengo miedo de caminar sola de noche en la calle, ni de subirme a la montaña rusa de “el increíble Hulk”, pero me di cuenta hace un tiempo, que estaba congelándome, y es una pena. Aprendí, y hace muy poquito, que correr el riesgo enriquece, sea favorable o no el resultado. Aprendí que el miedo a llegar a tal edad y no lograr cierto objetivo me estaba destinando, justamente, a terminar de esa manera. Aprendí que el miedo a “estar sola”, me estaba cegando y aislando de los que realmente valen la pena…
Por eso se me ocurrió que tal vez sería muy interesante, despojarnos de estos malditos miedos (no me importa que suene a frase de “Chiquititas”) y encarar las cosas, las situaciones, las personas, tomando y asumiendo el riesgo de lo que pueda pasar. Tal vez de esta manera, si todos nos ponemos de acuerdo, hacemos que la palabra “felicidad” le gane a “miedo” en google…

jueves, 12 de agosto de 2010

Introducing: "EL Alien"

Si, otra vez fui mala. Una auténtica "conchudita" (apodo con el que me bautizo un gran amigo del secundario, empiezo a entender porqué). Pero esta vez el castigo fue terriblemente humillante. Creo que si no aprendo de esta ya no aprendo mas.
Después de un lapsus, de haberme comido un terrible buzón, después de haber creído (¿o creado?) una historia de amor, trunca y falaz, volví al ruedo. Debo admitir que no fue sencillo y que en el afán de hacerme la superada, me fui al ... digamos que me excedí. La semana pasada, me hice la loca, y salí "non- stop" martes, miércoles, jueves, viernes, el sábado: morí. Ok, muchos podrán pensar "pero nena, ese es mi ritmo habitual que floja". Todo bien, pero no es MI ritmo habitual, ni mi estado ideal, es completamente forzado esta situación en mi. De todas formas el punto está en el viernes. Ahí radica mi colapso total. La cuestión es que a pesar de estar ya bastante agotada del ritmo que llevaba, acepté una invitación para salir con un muchacho. Un joven, BUEN, muchacho. Muy diferente a los "personajes"con los que suelo salir (es un poco ambiguo el término, lo sé, pero prefiero no ahondar en esa área...). Cuestión que lo arruiné, una vez mas. Me hice la canchera y ante la pregunta "¿qué hiciste esta semana?" cometí sincericidio (¿inconsciente? mmm) y dije "bueno el lunes tal cosa, el martes cené con mi ex novio, el miércoles bla bla bla..." Hiroshima, bomba fatal, silencio de muerte. Él cara de "¿me estas jodiendo?" yo cara de " ¿crees que si tuviera algo con mi ex novio te diría que fui a cenar con el?"... Ok ahora entiendo todo. Recién ahora cuando, hasta mi propia madre que suele estar siempre de mi lado, en esta no me bancó. Por supuesto que a este buen muchacho no le causó ninguna gracia el comentario y me lanzo un dardo de sinceridad que lejos de hacerme cargo, lo tomé como una agresión, puse "off" y me fuí mentalmente a Melmac. Fue una de las noches mas incomoda de mis noches de soltera...
Sábado: me despierto con una especie de angustia que me hace entender que había hecho cualquier cosa el día anterior y una picazón extraña en el cachete derecho de la cara. A penas unos minutos después sucedió lo inexplicable, la terrible aparición de "EL Alien" (o mas conocido como "Virus herpes hominis"). Una protuberancia multicolor, que late y pica, casi con vida propia se comodó en mi cachetito flaco. Pero esto no es todo.
Desde que egresé de mi trabajo, me dispuse a trabajar, entre otras cosas, en eventos. También conocido como "promotora"/ "promoTRoLa (siento una extraña repugnancia para con este trabajo,y cada vez entiendo mas por qué, ya lo contaré, da para mucho). La cosa es que lunes y martes, mi Alien,(en pleno esplendor por supuesto), y yo, estuvimos once, si once, horas diarias entreteniendo a miles de productores de seguros en La Rural... HUMILLANTE. Hay algo que en el laburo de promociones, ya de por sí que me parece humillante (por supuesto que no la paga ya que la ecuación "pocas horas de laburo, mucho dinero" funciona a la perfección), pero como si fuera poco, esta situación de tener una protuberancia multicolor en mi cachete, lo hizo peor aún...
En fin, creo que aprendí la lección, esta vez querido Alien te juro que ya aprendí, así que por favor... ANDATE YA!!!

jueves, 5 de agosto de 2010

¡Se va la primeraaa!

Mi grupo de amigas y yo, cumplimos 20 años de conocernos en marzo del año que viene. Si, 20. Y de ese grupo números que inauguró la salita de cinco del incipiente colegio San Mateo (allá por el 1989), dos mujeres están por casarse. Una dentro de veinte días y otra en febrero en República Dominicana... Si, 2. Pero la cosa no termina ahí. Una, que extraño con locura, agarró sus petates y voló a vivir a Italia hace ya varios años. Seis (si, 6) están de novias- dos de ellas conviven con sus respectivas parejas y una esta por seguirlas en ese camino. Dos, si dos, quedamos solteras, sin entender que carajo es una "minipimer", o cuanto tardan en entregar un lavarropas o la importancia de tener un lava platos... Nos unimos a una tercera abanderada en la causa y juntas, las tres, en un intento de ponerle onda a nuestra realidad nos auto- bautizamos como "las pakitas" (Nota para los muchachos: Este tipo de cosas son las que a nosotras, las mujeres, nos queda como resabio de la adolescencia, deal with it).
Así como describo, casi como un principio matemático, nos empiezan a saludar "los 25", si, veinticinco. Y pienso lo difícil que es crear para esta generación a la cual pertenezco. Crear y llevar a cabo un sueño, crear un proyecto propio, un proyecto en común, crear un vínculo, una responsabilidad... es muy difícil señoras y señores, nuestra generación la tiene muy difícil. Nos recibe la adultez a la sombra de la historia de nuestros padres, quienes tuvieron la dicha de poder casarse jóvenes, comprar su casa, su auto, con mucho esfuerzo pero aún jóvenes. Madres que, mayormente, han podido dedicarse a ser madres full time, y padres orgullosamente proveedores.
Nuestro panorama es un toque diferente. Somos hijos de estos padres, pero también de aquellos que se infartan a los 35 y se mueren de una aneurisma a los 40. Hijos de una generación voraz. Hijos que se atreven a seguir su vocación, sin importar el costo (aún si esto significa vivir con dos mangos y con el rotulo de "perdido"). Algunos elegimos eludir lo que la sociedad nos garantiza como "éxito", por seguir nuestro pálpito. Hijos solteros hasta mas de los 30 porque la presión del "éxito" ha atrofiado la capacidad de vincularse genuinamente. Hijos y adultos en una época de oscura transición, (transición a donde? o, a que?, no tengo la menor idea, pero un poco me asusta). Gracias a dios no somos una generación de soldados forzados pero si, sin duda alguna, somos una generación de luchadores romanos.
En cuanto a lo que a mi me toca, me doy cuenta que no sé nada, de nada. Que cuando creí que los vínculos estaban en baja, levanté mi cabeza y miré a mi alrededor y vi a estas mujeres a mi alrededor que a pesar de todos los pronósticos deciden apostar, junto a sus parejas, al amor, al proyecto en común, en fin a la capacidad de crear y compartir...

viernes, 30 de julio de 2010

"Mea Culpa", mi skiny ass

Hace exactamente un año atrás, en cama, en pleno auge de la gripe del chancho, transcurriendo mi última semana de vacaciones, escribía sobre aquel bendito susodicho. Algunas cosas cambiaron desde entonces, otras no. No estoy en cama, pero la gripe del no chancho me castigó bastante este año al punto de llevarme a delirar de fiebre. Ya no transcurren mis vacaciones, porque gracias a Dios, Ala, Buda, y Michael Jackson ya no pertenezco a la "familia" del San Nicolas (si si, ahí trabajé 5 años como preceptora, algún día escribiré sobre las cosas que pasan ahí adentro). Por último hace exactamente un año, sentía que debía hacer una especie de "mea culpa" sobre el prejuicio que había puesto encima del "pobre" susodicho. Hace exactamente un año, estaba cayendo, como caí mil veces mas, en la manipulación de este hombre que me partió la cabeza. Hoy me leo y por supuesto que con el diario del lunes, como dice mi madre, todo se ve muy claro. El tema es cuando una/uno esta tan metida/o tan enroscada/o en los "encantos" del otro, que se pierde. Y no puedo creer cuanto me perdí. Aprendí, claro, pero a un costo bastante alto. Leo las entradas de gran parte del año pasado y muchas se las llevo el susodicho, bue basta que susodicho ni susodicho, su nombre era ( cuando alguien ya no es mas parte de la propia cotideaneidad, miesteriosamente uno empieza hablar en pasado de esa persona, como si estuviera muerto, fenómeno rarísimo ) Martín.
Dejé de escribir en diciembre del año pasado, muy confundida, y bastante agotada de la postura fundamentalista que a veces me surgía. Pero mi historia con él no terminó ahí, ojalá. Intenté y juro que lo intenté, borrarlo. Pero como buen católico fanático e hipócrita que era, el 24 de diciembre a las 21 hrs, noche buena, me mandó un mensaje, en son de paz. Un mensaje lleno de amor, "buenas vibras" y "que dios ilumine tu camino a tu profesión y a tu familia" literal... Helada respondí con sorpresa simplemente "gracias" siguió con los violines contándome lo triste que era su navidad que iba a pasar solo con su abuela recientemente viuda. Me conmovió. Pensé " él que es hombre de la noche y la joda, pasando solo con su abuela recién viuda, navidad, que amor..." Caí, again caí. Piqué el anzuelo y ahí empezó el "bis" de esta historia. Mas sinceros que nunca, va yo sí fui sincera le dije que muchas veces no le creía, hablé de cuanto me lastimaban las idas y vueltas, de todo, le dije todo. Él también. Se disculpó, tomó la responsabilidad del asunto y solos, en plena tarde/noche de enero con unas cervezas de por medio me pidió que le diera otra oportunidad. Y obvio que se la dí.
Hoy leo lo que escribí el 30 de julio de 2009 y no puedo creer alguna vez haber sentido que lo estaba prejuzgando. La cantidad de señales que tuve por esos meses, y no pude leer ninguna. Y me lleva a pensar y a tratar de entender que es lo que se apodera tan fuerte de uno mismo que no permite tener una visión "global" de este tipo de asuntos. Creo que es el amor lo que se apodera, o mas bien, en mi caso, la necesidad de que me entre un zapato tres talles mas chico. Sin ánimo de ponerme melanco, ni filosófica, me doy cuenta que la vida me dio una gran lección. Martín representaba a la perfección el estereotipo de hombre que yo siempre consideré como "perfecto". El chico de familia, el plus de que era un tipo de fe, laburador, inteligente, muy atractivo, "caballero"... todas estas cualidades deberían ir entre comillas, porque ninguna era real. Aparentemente era MI hombre perfecto, y la vida me enseñó que estaba muy equivocada. Los estereotipos, son solo eso, modelos de personas, ilusiones. No existen.
Como mujeres, los empezamos a crear cuando somos nenas y soñamos con aquel príncipe azul. Los creamos en base a las novelas, los cuentos, la televisión, en base a Ken que parece perfecto, en base a lo que la sociedad implícitamente nos muestra como correcto. Como hombres imagino que crean sus estereotipos en base a su madre y aquellas mujeres importantes a lo largo de sus vidas. No existen.
En mi caso Martín me llevó a lugares muy oscuros, me faltó el respeto, y se lo permití, intentó tratarme de estúpida justificando lo injustificable, puso en juego mi amistad con una gran amiga, puse al límite mi paciencia y mi vulnerabilidad.
Hoy 30 de Julio de 2010, un año después, entiendo que mi experiencia con Martín no fue mas que un camino bastante rocoso, para entender que estaba eligiendo equivocadamente, y que ese modelo de hombre que imaginaba a mi lado para el resto de mi vida, no iba a hacer mas que mentirme y lastimarme, siempre.
Y realmente deseo que tengamos siempre la oportunidad de darnos cuenta a tiempo, que vamos tras la zanahoria equivocada...

martes, 20 de julio de 2010

Las- tro-las-de-na-cho

ADVERTENCIA: HOMBRES, probablemente no entiendan nada en esta entrada, disculpen, hoy tuve una experiencia religiosa, digna de contar y explotar... si siguen es bajo su propia responsabilidad!

Si hay algo que no va conmigo es el ambiente de gimnasio. Si hay otra cosa que no va conmigo es la ropa de gimnasio. Si hay aún otra cosa que no va conmigo es sociabilizar en el gimnasio, pero peor aún si hay algo que no va conmigo son las mujeres de, como decirlo delicadamente, entre 40- 50 (largos) hot, que van al gimnasio. Suelen decir que las mujeres de entre los 20 y 30 pico, somos las peores, las roba maridos, las desenfrenadas, las "lanzadas", las pisa cabezas, etc etc. Hoy comprobé cuan errada está la hipótesis.
Situación: 10. 25 am, yo mucha cara de dormida, mucha fiaca llego al gimnasio a mi clase de spinning, gracias al impulso de mi hermana. (A pesar de lo horroroso que me resulta ir al gimnasio, encontré en spinning una gran manera de ejercitar sin hacer trampa. Mas allá de cuanto disfruto esta clases, mi fiaca, el invierno, y todo, suele atarme a la cama, ahí es cuando el demonio de Tazmania encarnado en mi hermana me levanta y me arrastra). Buen volviendo al relato, me siento en mi bici, miro en el espejo mi cara verde, los reflejos que están medio al horno, las calzas que me quedan grande... una porquería. De repente, despierto de mi pesadilla al son de los gritos de seis, si seis, señoras exaltadas, ajustadas, bronceadas, felices, de entre 45 y 50 (laaaargos). Para mi sorpresa, una de ellas saca de su cartera seis, si seis, cartelitos y empieza a pegarlos en sus bicicletas como si fueran una especie de club de fan de viejas hot. "LAS- TRO-LAS- DE- NA-CHO". (Nacho: nuestro profe veinteañero...). Buen no contentas con las finas pancartas, musicalizaron toda la clase al son de lo que imagino, recuerdan, como gemidos...
Como explicarles, las caras de la otra mitad de la clase entre las que estábamos mi hermana mi cara verde y yo. Las conclusiones fueron múltiples, pero la mas sagaz fue aquella que, deslizo mi hermana (obvio que la adapté para que fuera apta para todo publico), dijo: "¿esto pasa cuando tu marido ya no te... toca un pelo? Asombrada por semejantes palabras saliendo de la boca de la pequeña recatada, me quedé pensando... estas mujeres son la nueva amenaza. No les importa nada, tienen la vida hecha, la economía resuelta, los hijos ubicados, al marido "entretenido" y al profe de spinning, que con tal de seguir ligando regalitos, les tira unos tiritos... cuanto tenemos por aprender jóvenes lectoras... cuanto!

domingo, 18 de julio de 2010

Big tenedor libre

El misterioso tenedor libre, no sé bien en cuantos países del mundo funciona. Sé que acá durante mucho tiempo fue furor. Esta cosa de "all you can eat", (todo lo que puedas comer) resulta bastante atractiva para aquellos glotones/glotonas. La idea de recorrer con tu platito un salón lleno de oportunidades, no lo puedo negar es interesante. Ahora hay algo voraz en el asunto. Algo de gula, de desenfreno de "aprovechar" hasta el ultimo arroz asqueroso con salsa extraña y verduras congeladas, ¿o no? Ahí es cuando uno corre el riesgo de, al otro día, morir de una pataleta mas conocido como ataque al hígado... y en esta caso el "quien me quita lo bailado" no sirve de consuelo, porque la pataleta es una de las peores cosas que te puede pasar, junto a la resaca, of course. Buen digamos que tuve la suerte de, en mi gran tenedor libre - de comida étnica- atragantarme con... a ver... digamos una pata de cangrejo... ojo, me atraganté, no llegó a pataleta, simplemente me atraganté. Ahora en el momento el cangrejo, creo, que era una de las mejorcitas cosas que probé, pero si me preguntan "¿volverías a comer cangrejo?" no fucki'n way. Quiero prevenir una pataleta.
Toda esta analogía me iluminó en estado de transe previo a quedarme profundamente dormida. ¿ Por qué será que esos momentos, al menos en mi, resultan ser los de mayor lucidez? Me pregunto si le pasa a alguien mas, o si definitivamente confirma lo deforme que a veces resulto ser. Son segundos de lucidez mental, muy a pesar del cansancio y el sueño. En mi caso, son momentos en los que se me ocurren las mejores ideas para escribir, o suelo darme cuenta donde estaba aquello que estuve buscando por días, incluso resuelvo misterios intrincados onda Sherlock Holmes, y a veces hasta pienso opciones de outfits para alguna salida importante venidera... Que se yo, creo que son momentos en los que paramos un poco a pensar realmente en nosotros mismos. Nos sacamos definitivamente el día de encima, algo así como que paramos la pelota en idioma futbolero... Para mi son momentos altamente capitalizables, lo que pasa es que también son espontáneos, no son siempre productivos, y forzados pueden resultar un maquinamiento letal que te lleve a dormir con una angustia feroz...
A mi, hoy, me ayudó a levantarme con una extraña claridad, muy a pesar de la lluvia. Con una respuesta que hace días que "olía" pero no la terminaba de descifrar.
Conclusión: no comeré mas cangrejo, me retiro del tenedor libre étnico y mejor voy a lo seguro, y por otro lado benditos sean esos ratitos de lucidez que hoy me dispuse a homenajear...

miércoles, 14 de julio de 2010

Se nos soltó la cadena

En menos de una semana, una amiga admitió tener miedo por sentirse cerca de que se le soltara la cadena, otra desconsolada dijo " No sé que pasó, se me soltó la cadena"... En mi caso en particular, finalmente, se me soltó la cadena. Lejos de sentirme libre, me engripé. Ahora, ¿Quién me quita lo bailado, no?. Nadie. Se me soltó la cadena, y punto, era algo que tarde o temprano iba a pasar. Además, aparentemente, le está pasando a todo el mundo. Como cuando pedíamos a nuestros padres que nos dejaran ir a bailar y les decíamos "pero a juanita la dejan..." y nos respondían "que carajo me importa juanita", en este caso a mi si me importa que a todos se nos esté soltando la cadena. Por supuesto que hay una gran cantidad que se le soltó, la perdió o probablemente ni haya nacido con la cadena en su lugar. Dichosos sean. Al menos en mi caso, necesité experimentar casi el ahorcarme con la cadena ajustada, para darme cuenta que si o si tenía que dejar que se soltara. Pero no fue, ni es, un proceso fácil.
Creo que empezó hace un par de meses cuando en plena reunión mi jefa me reclamo que "yo me debía a ese colegio" y juro que sin pensarlo le dije que yo no me debía a nadie, mucho menos a ese trabajo. Dos semanas después me invitaron a retirarme como si fuera una alumna rebelde. Algún llantito de por medio, entendí que todo había sido producto de mi provocación ante la opresión de mi cerebro que sentía en ese trabajo. (primeros índices de que la cadena estaba al horno) En los días siguientes a mi ingreso oficial a la lista de desempleados, me colé en un canal de tv para dejar mi currículum, golpeamos puertas de oficinas(ineludible la ayuda y motivación de la genia de mi madre para poder lograrlo). Acepté cenar con mi ex novio en son de paz, después de tanto enojo estúpido e inmaduro, entendí porque nunca hubiera funcionado, me des-enojé y fundamentalmente me perdoné, porque en el fondo, siempre sentí que había sido mi culpa y simplemente se trataba de una clara incompatibilidad de caracteres. Dejé de lado la intriga que me producía un fiel lector y disfruté de cocinarle panqueques y de hablar inocentemente como hace mucho que no lo hacia. Y algunas cosas mas que a pesar de haber roto con mi cadena, quedarán en mis secretos.
Lejos del melodrama, creo que las historias en las que gente joven repentinamente sufre alertas de salud, que antes le pasaban al tío de un amigo de la prima de la vecina de mi mejor amiga del club, hoy por hoy le pasan a gente cada vez mas cercana. Personalmente la negación me llevó a olvidar que le paso a mi propio papá... En definitiva lejos estoy de querer para mi vida cosas pendientes. De imaginar "que hubiera pasado si..." lejos, lejos...
Estoy tratando de aprender cada día a disfrutar mas, y eso es impagable. No pienso preguntarme porque me costó tanto aprender a disfrutar, porque hoy solo pienso concretamente en disfrutar. ¿Por qué, cómo, dónde, cuándo?
Que se yo.
Por ahora solo intento disfrutar, con cautela, pero casi sin pensar...

lunes, 5 de julio de 2010

39.5

Si hay algo que no cambió en mi, desde que empecé a escribir hasta ahora, es mi grandísimo poder de psicomatización (si es que existe este término, igual se entiende). Es más, ahora se perfeccionó y he adquirido una variable mas: la fiebre. y de la mas alta señoras y señores. Sip, el sábado desperté cual zombie en "Thriller", caminé hasta el termómetro y antes de perder lo que quedaba de mi lucidez, vi que marcaba 39.5. Y es un termómetro digital, claramente, no hay error. Pasé gran parte del último partido de la selección, dormitando, dolorida, sin entender si estaba pasando o si estaba delirando. Y así pasé el domingo, y hoy... aunque ya desde hace 6 horas que no tengo fiebre! vamos! ahora, claramente no hace frío, estamos teniendo el invierno mas pedorro en años, y yo en lo que va de esta extraña estación llamada "no verano" ya caí dos fuckin' veces. ¿que onda? "y la onda es que dejes de salir de pechito gentil, hija", me podría decir mi querida madre, o "la onda querida es que te dejes de joder", podría decirme mi psicóloga, o "la onda es que mandes todo y a todos al carajo", me diría una amiga. Imposible.
Durante estos días no podía sacarme de la cabeza lo que hace muy poco alguien me dijo "sabes hace cuanto no me enfermo? es porque hago lo que quiero"... Que bronca, que bronca que bronca, ¿qué tan evolucionada pueda estar esa persona como para controlar cuando enfermarse? no encontraba respuesta. Entonces me puse a googlear que carajo son estas enfermedades. Mas que enfermedades, estos VIRUS de mierda que andan dando vuelta y que se sienten tan a gusto en mi cuerpo. Y encontré esta definición:
Una enfermedad es siempre una reacción a algo distante que se ha vuelto invisible
wow, clarísimo. Muchas cosas se me volvieron invisibles, y desde hace un tiempo que lucho por recuperarlas. Me quedó clarisimo. Esto va mas allá de las defenzas, del Danonino, la vitamina roche, o comer y dormir bien. Tiene que ver con un costado del cuerpo que se alimenta de las pasiones, del amor, la sabiduría, la calma- esa partecita que se alimenta de esos momentos que sabemos que raramente se repitan, de esos minutos abrazados, de los besos que sorprenden. Es una partecita del cuerpo abstracta, pero no por esto menos importante. Nada de lo que ahí reside debería volverse invisible. Esta vez, y en mi caso creo que fue una advertencia, "ojo al piojo querida, hay algo que podría estar por volverse invisible"- Advertencia tomada.

martes, 29 de junio de 2010

¡Chito la boca!

Juré por absolutamente todos todos los santos y santas y todo, que no iba a prenderme en el mundial. Maldije el mundial. Me creí Mafalda y grité una y mil veces lo terrible que me parecía que se hiciera en un país donde se mueren miles de chicos por día por hambre y HIV. Expuse mi desacuerdo con que Maradona fuera el directo de esta selección, "¡¿qué tipo de líder puede ser?"... bue bue bue, una vez mas, "chito la boca". Sip, chito la boca querida.
Un sentimiento muy particular se apoderó de mí este último mes, una especie de humo negro de Lost (dios como lloré con ese final), solo que este no me mató. Mi psicóloga me dijo
"simplemente maduraste", mi mamá dice "mmmmm", una amiga me dice "como me gusta esta actitud", otra "Nena, empezaste a disfrutar"... en fin creo que me des-prejuicié, o en realidad me dí cuenta de lo terriblemente prejuiciosa que estaba siendo. En principio, me entregué al mundial. Me entregué al esfuerzo que hacen estos muchachos por traernos una buena a los que estamos acá, me entregué tanto que ya me convertí en una fanática mas que se pinta la cara, tiene cabalas, y jode con la facha de los muchachos (te amo Jonas Gutierrez). Entendí que para muchos sudafricanos, incluso para Mandela, este mundial significaba demostrarle al mundo su cultura, sus raices, su hospitalidad, su capacidad. Me entregué a Maradona con DT, en definitiva ¿no merecemos todos una posibilidad de redimirnos? ¿cuánto pagarían algunos por una oportunidad, o no? "Quién te ha visto y quien te ve, m'hija". Envuelta en este fervor mundialista y en esta "nueva yo" (guiño para quien lo entienda) me entregué a situaciones que me comprometían aún mas. Creo que todos nos debemos, de vez en cuando, una fase de estas. Un momento en el que bajamos la guardia con la que vivimos día a día, y nos permitimos encontrarnos con nuestros errores, cerrar heridas del pasado para poder mirar al futuro, pero sobre todo para poder disfrutar del presente. Y no es que me convertí en una especie de guru de la buena vida, o en esa mujer rubia que aparece en propagandas "Querida mujer, ¿tus hijos no te entienden ?,¿ te miras al espejo y te sentís fea?... "pff, no no way. Voy a algo muuuy lejano a eso y muchisimo mas real y sano. En el día a día perdemos contacto con nosotros mismos, con nuestras virtudes pero sobre todo con nuestros defectos. Y estos son como yunques que nos arrastran, si no decidimos hacer algo con ellos. Hacer algo no solo por las personas a quien podes haber lastimado, si no también por nosotros mismos. Suena tan cliché esto, tan trillado, como que todo el mundo habla de lo mismo útimamente, pero encontrarse en medio de semejante experiencia y lucha es tan grato y reconfortante que, honestamente, me chupa un... belin (guiño para quien lo entienda), como suene. Esta soy yo hoy, insegura, torpe, apasionada, calentona (en absolutamente todos los sentidos), dispuesta a sanar todas mis heridas, y aprendiendo a disfrutar cada momento del presente, y tratando de que el futuro me chupe un.. belin

sábado, 26 de junio de 2010

I'm Back

Si, de vuelta estoy. Distinta a aquel diciembre cuando decidí dejar de escribir, en diferentes condiciones, menos alterada pero mas hambrienta, mas "vieja" pero con mas ganas de divertirme, con otro trabajo, otras metas, otras preguntas, otros amores, otros motores. Todo cambió, por suerte, si no creo que iba rumbo al Borda, sin escalas.
Decidí volver hoy, y de nuevo desde acá, porque sinceramente, intenté volver desde otro lugar, con otra manera de escribir, otra historia, y fue horrible. Este es mi lugar. Este es mi espacio real de creatividad, de catarsis, de reflexión. El mio y el de todos aquellos que disfrutaban leer, aquellos que se sentían identificados, incluso el espacio de aquellos que, a través de lo que leían, empezaron a conocerme mas.
Así que dejando a un lado la emoción que me produce volver, voy a seguir mi adrenalina y empezar a escribir que tengo mucho por contar...
Como nos pasa a la mayoría de los mortales, el invierno, nos castiga. Pero nos castiga por diferentes costados. A las mujeres nos castiga, antes que nada, estéticamente. Nos ponemos de colores extraños que no están dentro de ninguna paleta de colores válida. Nos ponemos amarillentas verdosas, verdosas solamente, blancas transparentes o blancas tirando a rosita. En realidad los hombres también, obviamente, pero nosotras lo vivimos diferente, nos miramos al espejo a la mañana y nos preguntamos "¿por quéééé?, ¿cuánto falta para que mi cara deje de lucir como si estuviera moribunda?". Por otro lado a las que somos mujeres y además no... ¿cómo decirlo sin sonar terrible?... no tenemos un... chonguito, un filito, un festejante, un touch and go, un wash and wear, naranja pera y uva, buen el invierno en este caso es aún mas cruel. Peeero para los hombres también, ojo al piojo, los sweaters, muchachos, no disimulan, las pancitas empiezan a asomarse, les da mas fiaca el "partidete de los sábados a la tarde", le dan mas a la birra para entrar en calor rápidamente en el cheboli, y la barba, queridos amigos hombres, no le queda bien a todos, ojo.
El invierno es cruel y punto, es así. Todo depende de cuanta onda le pongamos. Si están en pareja, mi dearest friends, pórtense bien, no es momento para discusiones ni peleas cuchariteen mucho empiecen a ver alguna serie nueva, cuídense. Ahora para tooodo el resto de los mortales que nos toca otro invierno single, a pasarlo con mucha dignidad loco!. Nosotras chicas démosle la bienvenida a los correctores de ojeras a los rubores y buenos labiales, a las calzas y remerones y salgamos a mostrar lo que dios, o la cirujía estética, nos dio, con mucha dignidad mujeres. Vosotros amados hombres, también, a calzarse los botines el chort roto y la remerita de la selección si es posible con el número 17 y que diga Gutierrez,( es mi novio pero el todavía no se enteró shhh) y a correr con los muchachos.
A todos: este invierno la rompemos, no importa la edad, el estado civil, la ocupación, la historia, los mambos, nada de nada, este invierno entramos en calor rapidito y ¡afuera!
I' fuckin' back!