miércoles, 14 de julio de 2010

Se nos soltó la cadena

En menos de una semana, una amiga admitió tener miedo por sentirse cerca de que se le soltara la cadena, otra desconsolada dijo " No sé que pasó, se me soltó la cadena"... En mi caso en particular, finalmente, se me soltó la cadena. Lejos de sentirme libre, me engripé. Ahora, ¿Quién me quita lo bailado, no?. Nadie. Se me soltó la cadena, y punto, era algo que tarde o temprano iba a pasar. Además, aparentemente, le está pasando a todo el mundo. Como cuando pedíamos a nuestros padres que nos dejaran ir a bailar y les decíamos "pero a juanita la dejan..." y nos respondían "que carajo me importa juanita", en este caso a mi si me importa que a todos se nos esté soltando la cadena. Por supuesto que hay una gran cantidad que se le soltó, la perdió o probablemente ni haya nacido con la cadena en su lugar. Dichosos sean. Al menos en mi caso, necesité experimentar casi el ahorcarme con la cadena ajustada, para darme cuenta que si o si tenía que dejar que se soltara. Pero no fue, ni es, un proceso fácil.
Creo que empezó hace un par de meses cuando en plena reunión mi jefa me reclamo que "yo me debía a ese colegio" y juro que sin pensarlo le dije que yo no me debía a nadie, mucho menos a ese trabajo. Dos semanas después me invitaron a retirarme como si fuera una alumna rebelde. Algún llantito de por medio, entendí que todo había sido producto de mi provocación ante la opresión de mi cerebro que sentía en ese trabajo. (primeros índices de que la cadena estaba al horno) En los días siguientes a mi ingreso oficial a la lista de desempleados, me colé en un canal de tv para dejar mi currículum, golpeamos puertas de oficinas(ineludible la ayuda y motivación de la genia de mi madre para poder lograrlo). Acepté cenar con mi ex novio en son de paz, después de tanto enojo estúpido e inmaduro, entendí porque nunca hubiera funcionado, me des-enojé y fundamentalmente me perdoné, porque en el fondo, siempre sentí que había sido mi culpa y simplemente se trataba de una clara incompatibilidad de caracteres. Dejé de lado la intriga que me producía un fiel lector y disfruté de cocinarle panqueques y de hablar inocentemente como hace mucho que no lo hacia. Y algunas cosas mas que a pesar de haber roto con mi cadena, quedarán en mis secretos.
Lejos del melodrama, creo que las historias en las que gente joven repentinamente sufre alertas de salud, que antes le pasaban al tío de un amigo de la prima de la vecina de mi mejor amiga del club, hoy por hoy le pasan a gente cada vez mas cercana. Personalmente la negación me llevó a olvidar que le paso a mi propio papá... En definitiva lejos estoy de querer para mi vida cosas pendientes. De imaginar "que hubiera pasado si..." lejos, lejos...
Estoy tratando de aprender cada día a disfrutar mas, y eso es impagable. No pienso preguntarme porque me costó tanto aprender a disfrutar, porque hoy solo pienso concretamente en disfrutar. ¿Por qué, cómo, dónde, cuándo?
Que se yo.
Por ahora solo intento disfrutar, con cautela, pero casi sin pensar...

1 comentario:

Anónimo dijo...

te escuché decir, ´que rápido pasa todo ´, y es verdad, por eso disfruta !!! y pedile a Cautela que te acompañe siempre, que es una buena companía.