viernes, 30 de julio de 2010

"Mea Culpa", mi skiny ass

Hace exactamente un año atrás, en cama, en pleno auge de la gripe del chancho, transcurriendo mi última semana de vacaciones, escribía sobre aquel bendito susodicho. Algunas cosas cambiaron desde entonces, otras no. No estoy en cama, pero la gripe del no chancho me castigó bastante este año al punto de llevarme a delirar de fiebre. Ya no transcurren mis vacaciones, porque gracias a Dios, Ala, Buda, y Michael Jackson ya no pertenezco a la "familia" del San Nicolas (si si, ahí trabajé 5 años como preceptora, algún día escribiré sobre las cosas que pasan ahí adentro). Por último hace exactamente un año, sentía que debía hacer una especie de "mea culpa" sobre el prejuicio que había puesto encima del "pobre" susodicho. Hace exactamente un año, estaba cayendo, como caí mil veces mas, en la manipulación de este hombre que me partió la cabeza. Hoy me leo y por supuesto que con el diario del lunes, como dice mi madre, todo se ve muy claro. El tema es cuando una/uno esta tan metida/o tan enroscada/o en los "encantos" del otro, que se pierde. Y no puedo creer cuanto me perdí. Aprendí, claro, pero a un costo bastante alto. Leo las entradas de gran parte del año pasado y muchas se las llevo el susodicho, bue basta que susodicho ni susodicho, su nombre era ( cuando alguien ya no es mas parte de la propia cotideaneidad, miesteriosamente uno empieza hablar en pasado de esa persona, como si estuviera muerto, fenómeno rarísimo ) Martín.
Dejé de escribir en diciembre del año pasado, muy confundida, y bastante agotada de la postura fundamentalista que a veces me surgía. Pero mi historia con él no terminó ahí, ojalá. Intenté y juro que lo intenté, borrarlo. Pero como buen católico fanático e hipócrita que era, el 24 de diciembre a las 21 hrs, noche buena, me mandó un mensaje, en son de paz. Un mensaje lleno de amor, "buenas vibras" y "que dios ilumine tu camino a tu profesión y a tu familia" literal... Helada respondí con sorpresa simplemente "gracias" siguió con los violines contándome lo triste que era su navidad que iba a pasar solo con su abuela recientemente viuda. Me conmovió. Pensé " él que es hombre de la noche y la joda, pasando solo con su abuela recién viuda, navidad, que amor..." Caí, again caí. Piqué el anzuelo y ahí empezó el "bis" de esta historia. Mas sinceros que nunca, va yo sí fui sincera le dije que muchas veces no le creía, hablé de cuanto me lastimaban las idas y vueltas, de todo, le dije todo. Él también. Se disculpó, tomó la responsabilidad del asunto y solos, en plena tarde/noche de enero con unas cervezas de por medio me pidió que le diera otra oportunidad. Y obvio que se la dí.
Hoy leo lo que escribí el 30 de julio de 2009 y no puedo creer alguna vez haber sentido que lo estaba prejuzgando. La cantidad de señales que tuve por esos meses, y no pude leer ninguna. Y me lleva a pensar y a tratar de entender que es lo que se apodera tan fuerte de uno mismo que no permite tener una visión "global" de este tipo de asuntos. Creo que es el amor lo que se apodera, o mas bien, en mi caso, la necesidad de que me entre un zapato tres talles mas chico. Sin ánimo de ponerme melanco, ni filosófica, me doy cuenta que la vida me dio una gran lección. Martín representaba a la perfección el estereotipo de hombre que yo siempre consideré como "perfecto". El chico de familia, el plus de que era un tipo de fe, laburador, inteligente, muy atractivo, "caballero"... todas estas cualidades deberían ir entre comillas, porque ninguna era real. Aparentemente era MI hombre perfecto, y la vida me enseñó que estaba muy equivocada. Los estereotipos, son solo eso, modelos de personas, ilusiones. No existen.
Como mujeres, los empezamos a crear cuando somos nenas y soñamos con aquel príncipe azul. Los creamos en base a las novelas, los cuentos, la televisión, en base a Ken que parece perfecto, en base a lo que la sociedad implícitamente nos muestra como correcto. Como hombres imagino que crean sus estereotipos en base a su madre y aquellas mujeres importantes a lo largo de sus vidas. No existen.
En mi caso Martín me llevó a lugares muy oscuros, me faltó el respeto, y se lo permití, intentó tratarme de estúpida justificando lo injustificable, puso en juego mi amistad con una gran amiga, puse al límite mi paciencia y mi vulnerabilidad.
Hoy 30 de Julio de 2010, un año después, entiendo que mi experiencia con Martín no fue mas que un camino bastante rocoso, para entender que estaba eligiendo equivocadamente, y que ese modelo de hombre que imaginaba a mi lado para el resto de mi vida, no iba a hacer mas que mentirme y lastimarme, siempre.
Y realmente deseo que tengamos siempre la oportunidad de darnos cuenta a tiempo, que vamos tras la zanahoria equivocada...

4 comentarios:

Anónimo dijo...

aprender, seguramente es que siempre estamos aprendiendo y a veces duele. A tiempo.

Anónimo dijo...

No hay nada mas lindo y sano que vivir el presente sin prejuicios, bien conectados y sin pensar en el futuro y menos en el pasado...No esxisten, esa es la verdadera ilusion. Las cosas no son buenas, ni malas diría algun maestro Zen. Simplemente son, se toman o se dejan. Somos 100% responsables de todo lo que nos pasa, de lo que elegimos vivir AHORA.

"El pasado es historia. El futuro un misterio. Y el ahora es un auténtico regalo, por eso se llama PRESENTE!"

Entonces...
Cual es nuestra necesidad de traer constantemente el pasado al presente, siendo esta una ilusión? Afirmar nuestra identidad? Que identidad si somso todas las posibilidades juntas...
Quizás el primer prejuicio que hay que romper, es el propio...

Cariños!!!...

El TORTUGO DE kungFu Panda.
(Peliculón)

Creciendo dijo...

No esperaba la visita de una celebridad como El Tortugo de Kung Fu Panda. muchas gracias por leerme! muy sabio querido Tortugo, muy sabio

Unknown dijo...

Belu!!!
Lo importante de todo es que creciste y no te dejaste llevar... y que tu amiga sigue ahí con vos... me encanta como escribís.. no me canso de decírtelo!!! Me siento muy identificada muchas veces.

Te quiero mucho!!!