martes, 7 de julio de 2009

Hola rubia

Rubia, así me decía mi papá. Siempre rubia, y de vez en cuando "tetis" en honor a mi no-busto. Escuchar ese apodo,(el primero por supuesto, el segundo ya caducó por razones de público conocimiento, por suerte), de otra boca, me da un poco de escalofríos, tengo que admitirlo. Es como un deja vu, extraño, medio freak. Pero a la vez lo siento como una caricia, una abrazo, un último beso. Una oportunidad, descubrí, una oportunidad para recordar. Es difícil recordar, sobre todo cuando tenemos tantas cosas en la cabeza, tantas obligaciones, tantos miedos, tantos nombres, tantas caras, tantos olores, tantos sentimientos, tanta información, es difícil recordar. Cada vez se me hace mas difícil recordar. Recurro a recursos obvios, fotos, vídeo, cartas. Pero en general no sirven de mucho. A veces hasta recurro a mi imaginación, creo mis propios recuerdo y me convenzo que así sucedieron. Es terrible, pero en el momento alivia un poco la desesperación de no recordar. Descubrí que es un ejercicio. Descubrí que la manera que a mi me sirve para ejercitar, es dedicarle a ese recuerdo, un momento al día, pensar, sentir, oler, ese recuerdo. Esta funcionando.
Por eso escuchar palabras de alguien que ya no está, en boca de otros, muchas veces, a pesar de los escalofríos, es un alivio. Un extraño alivio, una palmada, un abrazo, un beso.
Por que realmente no sabemos nada del futuro. Podemos como yo suelo hacer, patéticamente, recurrir a videntes, astrólogas, horóscopos, brujas... sin sentido. Seguiremos sin saber nada del futuro. Nos tienta averiguarlo, y hoy me di cuenta por que. Por que como hoy aprendí "el futuro alberga nuestro miedos, pero también nuestras mas locas esperanzas"

No hay comentarios.: