domingo, 20 de septiembre de 2009

Lo insportable que resulta la levedad de tu ser

En menos de cuatro días, dos veces me recomedaron el libro “La insoportable levedad del ser”. En ambas ocasiones me dio vergüenza admitir que había escuchado sobre el libro, pero que su titulo me había sonado a mas de la misma chatarra filosófica aburrida, idealista, y criticona de los males de la sociedad. Creo que tuvo que ver con quien me lo recomendó el hecho de que días después, gracias a una amiga que me lo prestó, lo haya empezado a leer. Y honestamente me lo estoy “comiendo”. En los primeros capitulo me detuve a pensar un poco sobre este párrafo:
“… cualquier colegial puede hacer experimentos durante la clase de física y comprobar si determinada hipótesis científica es cierta. Pero el hombre, dado que vive solo una vida, nunca tiene la posibilidad de comprobar una hipótesis mediante un experimento y por eso nunca llega a averiguar si debía haber prestado oído a sus sentimientos o no…”
Muchas veces, ante diferentes situaciones en mi vida me enfrenté a este pensamiento. Ante esta disyuntiva si hacer lo que sentía correcto o no, a calcular los daños y las posibilidades de comprobar si estaba en lo correcto o no. Para llegar a ninguna conclusión reconfortante, obviamente. ¿Cuánto tiempo perdemos pensando en si tomar determinada decisión es correcto o no? ¿En cómo repercutirá en el resto de nuestra vida? ¿En qué pasará si nos equivocamos? Mucho tiempo, perdemos. Valioso tiempo. Porque en definitiva no contamos con un borrador en nuestra vida, para ensayar posibilidades. Llevándolo a mi campo, no tenemos tiempo de ensayo, son todas funciones estreno. Cada decisión, cada momento, es un estreno, no hay dos estrenos iguales, es mas no existen dos estrenos de una misma obra. La primera función es siempre la primera función. En este sentido este día que vivimos, que decidimos, que actuamos es único e irrepetible, por ende de que sirve perder tiempo en pensar si es correcto o no actuar de tal manera. Teniendo en cuenta que soy una persona que está en sus cabales, sana mentalmente (aunque me desvíe un toque a veces), lo correcto y lo incorrecto es sumamente subjetivo. No tengo posibilidades de ensayar, cambiar vestuario, luces, posiciones, nada.
En ese párrafo leí algo que siempre pensé y nunca supe como expresarlo. Y siento que recién al leerlo lo termino de adquirir y hacer propio.
Si, adivinaron, una de las dos personas que me recomendó el libro, es el susodicho-. Y lo hizo con tanto ímpetu que le creí. Pero cuando avancé un poco más en mi lectura y me di cuenta que hasta ahora trata sobre como Tomás (personaje principal) no puede comprometerse con Teresa, me conflictué de nuevo, para variar. ¿hay un mensaje secreto en esta recomendación? Ya lo descifraré. Meanwhile volvimos a salir, esta vez al teatro sin tanta tensión corporal con la última vez, y con mucha más mano en la rodilla, beso, y caricia. Mucha mas de mi torpeza, perdí un guante de mi par preferido, y lo que me quedaba de voz gracias a un sutil resfrío -:)

1 comentario:

Anónimo dijo...

tranquila amiga, relax, no creo que haya un entrelineas en la recome dacion, pero apurate a leer y contanoss!!!yo no le lei,PRUEBA Y ERROR, PRUEBA Y ERROR, tal como decis PRIMERA FUNCION ESTRENO la segunda ya no pero aprendimos de la primera.