miércoles, 30 de septiembre de 2009

Nací para tíííí, aquí me tienes...

¿Cuál será el miedo que mas nos invade? ¿el miedo a morir solos, o la locura? ¿o el miedo a morir solos y locos? Chau, no lo sé. Ayer vi "La cruda verdad". Y me embolé. Me aburrí de que todas las películas ultimamente hablen de lo mismo: de lo difícil que es vincularnos, de lo complejas que somos las mujeres y de lo "sencillos" que son los hombres. Pero va mas alla de una molestia sexista. Pasa por otro lado. Pasa por que algo nos debe estar pasando si esa es la temática que abunda en las salas de cine, de teatro, en los libros, en los blogs, si eso se transforma en mi motor para escribir. Algo está pasando. Algunas estructuras se están derribando, y a manotazos estamos intentando agarrarnos de algo. Recurrimos a las películas, obras de teatro, novelas, blogs, para intentar encontrar una ayuda, una respuesta, o un mimo que nos haga sentir que no somos los únicos en determinada situación. Pero justamente esto es el error. Claro que somos los únicos. Por que cada uno de nosotros es único e irrepetible, y lejos de querer convertirme en un capitulo de Casi Angeles, quiero llegar al punto de la cuestión. Nos empeñamos en encontrar patrones de comportamiento, en elaborar teorías, en pensar situaciones, en pensar sin sentido, en pensar. En pensar tanto que el tiempo pasó, no lo vimos pasar, y la situación se diluyó y el otro se aburrió. Por que todos somos distintos, es válido escuchar y pedir concejos, pero ojo, no hay fórmula secreta, como la de coca - cola, que nos garantice el éxito de un vínculo. No existe la verdad absoluta sobre que esta bien y que esta mal a la hora de establecer una relación. Solo existe lo que sentimos, lo que vemos, lo que olemos, lo que intuimos. Y acá va el otro punto, porque todas estas realidades innegables, generalmente, y en mi caso casi de manera patológica, deben convivir con nuestros deseos y con lo que imaginamos que sucede. Con la situación "ideal" que nuestra cabeza crea para que nuestro corazón no vea (chupate esa mandarina mira que metáfora me mandé). La idealización en la que algunos caemos casi en picada es tan o mas peligrosa que un desamor. Y la extraña necesidad que a veces surge, de involucrarnos en historias enroscadas y "mal paridas" desde el principio es inexplicable. Como si lo complicado y lo que no existe -la ilusión- fuera menos nocivo que la realidad. No encuentro respuesta a porque le escapamos - le escapo- a la realidad. y esto es lo que me queda picando después del paso del susodicho por mi vida. ¿Por qué le escapo a la realidad? Por suerte esta vez un poco "me la vi venir" y antes de que desapareciera como Houdini por tercera vez, mi cabeza, mi corazón, mi cuerpo, y mi paciencia ya lo había mandado a la reconcha de su madre en belgrano- casi como si hubiera tenido una premonición de que todo podía terminar así, mi psiquis me dio una tregua me levantó la barrera de la idealización y me dejó ver la realidad justo a tiempo.
Tenemos que aprender a pedir, a desear. Porque el Universo, Dios, Alá, Budha, Bob Marley,o en quien quieran creer, nos manda todo lo que pedimos TAL CUAL LO PEDIMOS (ojo, realmente lo digo por experiencia, creo que ya aprendí a pedir con lujo de detalles para evitar devoluciones incomodas y engorrosas).
Entonces seamos inteligentes, estemos atentos, abiertos, fuera de la defensiva y expuestos que es mas divertido.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

El susodicho sabe de la existencia de este blog?
Firma: lector # 500

Creciendo dijo...

no lo sé, vos lo sabes?

Anónimo dijo...

No.no lo sé..

Creciendo dijo...

Intuyo que no sabe nada querido/a Anonimo/a. A veces pienso que pasaría si supiera...